Pinturas

La pintura peruana tiene mucha historia, remontándose a la época prehispánica, donde se utilizaban herramientas y colorantes provenientes de la naturaleza, como minerales, vegetales y animales. A la llegada de los españoles, se empieza a utilizar la pintura y aumenta la tendencia a la temática de carácter religiosa-católica.

pintura peruana - escuela cusqueña
Pintura peruana – Escuela Cusqueña

Durante la época virreinal las imágenes se carácter religioso aumentaron exponencialmente debido a que se inculco el catolicismo. Imágenes que superpusieron a las deidades e iconografía utilizadas por los antiguos peruanos. Durante estas diferentes épocas, y aún hasta la actualidad, la pintura peruana se caracteriza por su carácter costumbrista, mejor dicho, representaciones de hechos cotidianos de la sociedad y cultura coetánea del artista.

Características de la Pintura Peruana Popular

La pintura popular es aquella que surge espontáneamente, mejor dicho, donde los artistas no presentan formación académica. Los cuadros realizados se caracterizan por ser parte de las vivencias del pintor; como las fiestas patronales, procesiones y fiestas costumbristas.

Un caso interesante a mencionar son las famosas “Tablas pintadas de Sarhua” de Ayacucho, tradicionalmente utilizadas como regalo para la inauguración de una casa; una pintura decorativa cuya temática se centra en la vida popular. Cusco, destaca principalmente por sus pinturas de carácter religioso. La selva, por las representaciones de su cosmovisión.

Selvática

En la Amazonía, actualmente, se tiene la tradición de pintar sobre el cuero, la cerámica, la madera y las vestimentas. La selva se caracteriza por usar soportes hechos con algodón, también existen casos en los que se utiliza la corteza de la llanchama, árbol conocido científicamente como Mancaría saccifer, donde se pintan temas simbólicos. Los shipibos, por otro lado, pintan las telas que usan para sus vestimentas con temas de su cosmovisión, como la serpiente cósmica, la cruz y los ríos.

Tablas pintadas de Sarhua

El pueblo de Sarhua, perteneciente a Ayacucho, presenta una larga tradición pictórica. Un pueblo cuya tradición pictórica se divide principalmente en dos tipos de pintura:

Vigas de techo

Sarhua tiene la antigua tradición de utilizar vigas pintadas como parte de la edificación de las casas. Llegando a encontrarse vigas que datan de 1600 y 1786. Proceso que consiste en cortar los troncos de los árboles longitudinalmente por la mitad, posteriormente se emplea la cara lisa para realizar sus pinturas. El tamaño depende del tamaño de la casa, pero generalmente mide de entre 2 a 3 metros de largo y 20 a 25 centímetros de ancho.

Las vigas son regaladas por los padrinos durante una ceremonia tradicional. La ceremonia consiste en que el compadre de techo recorre las calles cargando las tablas pintadas, en compañía de una banda de música y la fiesta, hasta llegar a la casa de los dueños del hogar para regalársela. Una ceremonia que se denomina como Apakuykuy.

Tabla-cuadro

Las tablas de Sarhua, que se encuentran a la venta, son aquellas que surgen por iniciativa de dos migrantes, por lo que son consideradas como las hijas de las vigas tradicionales. Las tablas de Sarhua actuales presentan títulos y textos en español, quechua e incluso una mezcla de ambos idiomas. Son de pequeño formato para que puedan ser trasladadas por las personas que quieran llevar estos adornos. El carácter es costumbrista y etnográfica; incluyendo representaciones de fiestas, labores agrícolas, costumbres y sucesos importantes de Sarhua.

El tiempo ha hecho que haya cambios en el uso de materiales. Al principio se usaron las tierras naturales y las anilinas, luego, se inició con el uso de acrílicos y témperas. Muchas veces se utilizan plumas de gallina para delinear las figuras y dibujar los finos detalles. La madera a utilizar se empasta con yeso y se traza con la ayuda de un lápiz; después se dibuja con una tinta negra y se pinta. Finalmente, el acabado se realiza con laca para protegerlo del deterioro.

Cusco

Las pinturas de Cusco han tenido una gran evolución, manifestándose en creaciones de estilo religioso y profano. La producción artística indígena sufrió importantes cambios durante los primeros años de la colonia, debido a la dificultad de los españoles para catequizar a los indígenas, por lo que tuvieron que recurrir a las imágenes.

Las pinturas populares del ámbito urbano y semi-rural, picanterías y chicherías del Cusco, existen muy probablemente desde la creación de estos establecimientos, tiempos virreinales.

Destacando también los cuadros representativos de la vida religiosa y personajes sagrados que tienen una apariencia diferente a los que se pueden ver en las pinturas occidentales. Un movimiento que se inicia en la producción artística de pintores Cusqueños que fueron influenciados por las obras hechas por el Padre Jesuita Bernardo Bitti (1548 – 1610).

Si bien la primera escuela de pintura se instauró en Lima, poco después se inició la Escuela Cusqueña, cobrando gran importancia durante la época. La Escuela Cusqueña era una tradición artística que se dio de la confluencia de dos diferentes corrientes en un sincretismo; el arte occidental y el afán de los pintores indios y mestizos por expresar su realidad y visión al mundo.

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